Torah para Vivir

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17 jul 2011

Mi carta para Di-s, del 17 de Tamuz


BS"D
Dónde está mi hijo?
Una fiera se lo tragó
Cada generación en la que el Beit Hamikdash no es construído, se la considera responsable por su destrucción.
Sé que soy responsable por mis propias ruinas...
Sé que ligeramente descuidé el tesoro que me habías dado para guardar...
Sé que cuando destruiste mi edificio, aquel lugar que yo misma corroí con mis enojos y mi falta de ternura, toda mi vida se derrumbó y entonces creí que no sobreviviría...
Pero Tú, me ordenaste seguir y yo, mutilada, me sostuve sobre los pilares que quedaban y aquí estoy, parada frente a Tí, sobre mis propios escombros.
Cuando derrumbaste mi vida, tuve un sólo deseo, dejar de existir, y Tú me alzaste de los cabellos y me obligaste a beber Salmos para revivir mi Alma.
Tantos años han pasados desde entonces...
Tantas salvaciones has creado para mí...
Tanto hemos trabajado juntos, que la mutilación casi no se nota...
Sólo yo, en mi soledad infinita, deshojo una margarita de innumerables pétalos... Volverá... no volverá... volverá... no volverá... volverá...
He intentado y logrado cambios drásticos en mi personalidad, me he dado vuelta como una media, y me fui tejiendo de nuevo... Hilos de Verdad, hilos de empatía, hilos de silencio, hilos de sabiduría...
Mis Plegarias...ay mis Plegarias... Cómo aguardan esa respuesta Tuya! Mis Plegarias esperan que Tú me perdones y me vuelvas a armar entera...
Mis enemigos, han lamido la sangre de mis heridas, han hablado de mí, han inventado sobre mí, y "han contado dinero frente a los pobres"... frente a mí.
Como Ajashveros, exhibiendo los tesoros del Beit HaMikdash en una mesa suntuosamente patética, me han refregado en las narices la adquisición y la profanación de mi fruto, de mi pérdida...
El paso del tiempo, el recibir Tu Gracia Divina en incontables formas, el poder ayudar a otros a encontrar el camino hacia Tí, han sido un bálsamo para mi tristeza...
He aprendido mucho gracias a estas tragedias, y ahora soy una mujer, una Mujer "muy" Judía...
Pero de golpe, como salido de una película de terror, me traes esta devastación! Traes sobre nosotros una desgracia imposible de nombrar!
En un segundo abres mi herida y se revuelven en mi interior el recuerdo de la carencia, la fragilidad, la inocencia, de mi propia criatura, de mi propio hijo... Entonces, rezo, convoco, propongo, damos Tzedaká, pero Tú, devuelves todos nuestros ruegos envueltos en un pequeño ataud!
Me has propinado un cachetazo emocional donde emergen mis vivencias pasadas y supura mi impotencia ante el engaño, ante el robo, ante la manipulación y el complot de quienes ayudaron a fosilzar mi pesadilla...
Qué esperas de mí ahora?
He hecho todo lo que pude, pero Tú aún no reconstruyes Nuestro Hogar...
Y nuevamente llega el 17 de Tamuz y me dices que yo comience el duelo...
Acaso crees que Tú podras seguir así mucho tiempo más?
Tú, que eres todo Bondad, y que todo lo que deseas es nuestro bien...
Cómo soportas este exilio?
Cómo soportas vernos llorar nuestras pérdidas?
Si mi hijo se volviera hacia mí y con el corazón quebrado, me pidiera volver a casa...
Cuánto crees que tardaría en abrazarlo con todas mis fuerzas, preaparar su habitación y hacerle una verdadera comida casera?
Qué es lo que Tú estás esperando?
...Tal vez... tan sólo... estabas esperando esta carta... donde te pido:
Por favor Papá, despiértame de este mal sueño, reconstruye Nuestra Casa, y reúnenos a todos los que te amamos a través de Tu Ungido! No soporto más este dolor, esta lejanía!
Con todo mi amor, Tu hija, Tu amada.

1 comentario:

sara dijo...

no sabes, como me hace sollosar esta carta, y volverme a el y decir conjuntamente, por favoy mira nuestra aflicion y devulvenos tu luz