Siempre me sorprende cuando alguien dice sobre mí que soy una "mujer dulce"... Durante gran parte de mi vida, me perturbó que alguien me dijera "dulce". Yo no quería ser dulce, ni que me vieran así.
Educada para desestimar todo lo femenino, la dulzura, la ternura, el candor, fueron enérgicamente sepultados bajo pesadas máscaras de fortaleza feminista-varonil.
El enojo suplantó cualquier fisura en mi muralla, y me convertí, ya desde adolescente, en alguien lista para la ira, como una manera de protección.
La sensibilidad estaba permitida tan sólo en mi expresión artística y en algunas, muy pocas, ocasiones de la vida cotidiana.
En fin, durante muchos largos años fui una persona muy muy débil que se esforzaba por demostrar fortaleza a través de su "caracter fuerte".
Pero aún sin querer, sin pretenderlo, la chispa de dulzura que Di-s había puesto en mi interior, se filtró de una manera "sobrenatural" y dejó su huella...
Hoy es Tu beAv, día del enaltecimiento del amor.
Y hoy puedo decir, que fue el verdadero amor y los caminos de la Torah, los que me liberaron de la cárcel invisible que aprisionaba mi corazón desde los tiempos más tiernos...
Nada se hace sólo, y menos que menos, la construcción de un matrimonio.
Y no es suficiente estudiar o practicar las leyes de la Torah.
Se necesita una gran bendición desde lo Alto para tener resultados alentadores...
Y la única manera de obtener esta bendición, es a través de nuestro esfuerzo, intentando ser quienes vinimos a ser, desnudándonos de disfraces, y ayudando al prójimo a revelar su propia esencia...
Mi esposo y yo hemos trabajando arduamente para sacarnos las cáscaras y las armaduras. Si algo nos mantuvo mientras
nuestros mundos se caían a pedazos, fue Di-s haciéndonos percibir esa chispa de luz que el otro poseía. Mi esposo me abrazó y esperó a que llegara mi deshielo. Y yo, no sin dolor, de a poco, haciendo pie entre los derrumbes que habitaban mi historia, pude sacar de mi alma toda esa ternura que se asfixiaba dentro de mí.
Aún hoy, cuando alguien me lastima, cuando percibo que ese alguien no quiere escuchar mis razones, opto por el "mutis por el foro" (tan conocido en mi profesión de actriz), que no es sino, una retirada silenciosa.
Yo aposté a refinarme, a sacarme máscaras y pieles hasta quedar en carne viva.
Tuve las herramientas que brinda la Torah y las utilicé de la manera más honesta que pude.
Y aunque estoy a mitad de camino, y aunque hay muchos que prefieren quedarse con mi vieja imagen de puercoespín, sé que Di-s me está abrazando y alentándome a seguir, cuando uno de Uds., sin imaginar lo que significa para mí, me describe como una mujer dulce.
Hay gente que persigue riquezas, y otras belleza y honores, y si bien, si Di-s me bendice, les doy la bienvenida a todas ellas, Le agradezco al Eterno, el haberme dotado por la incesante búsqueda de mi verdad, y el incansable deseo de inspirar el despertar, en todos y cada uno, de la Divinidad que los habita.
Gracias por acompañarme
Tu beAv feliz y pleno de noticias de amor, de paz y de dulzura.
Deborah Starkloff (Patricia Lande)