Torah para Vivir

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21 jul 2014

Guerra en Israel


No hay duda que las crisis, despiertan lo mejor y lo peor de todas las personas, y también nos sucede a nosotros, los judíos...
Hay gente que es capaz de ir al frente a llevar a los soldados comida y aliento y literalmente, morir en el intento...
Hay gente que reza y pone todo su corazón en largas horas de Tehilim y de lágrimas...
Hay gente que va a manifestaciones pro-Israel y canta “Am Israel Jai” con el corazón en la garganta...
Y hay gente que sube su fotografía con un cartel: “Yo apoyo a Israel”...
Hay gente que trata de informar en la red, sobre todo lo que sucede para ayudar a las personas del mundo a comprender lo que “realmente” sucede...
Y hay gente que llora de bronca y maldice a nuestros enemigos...
Hay gente que llora sin maldecir y no tiene consuelo por nuestros jóvenes soldados caídos en esta guerra...
Hay gente que tiene miedo...
Y hay gente que no quiere salir de sus casas...
Hay gente que sufre por nuestros pequeños...
Y hay gente que sufre por todos los pequeños, de un lado y del otro...
Hay gente que se desilusiona al descubrir cuán antisemitas son sus amigos...
Y hay gente que se deshace explicando cuán buenos somos los israelíes...
Hay gente que quiere la paz, aunque sea de cartulina...
Y hay gente que sueña con un tsunami que borre todo Gaza...
Hay gente que odia a todos los árabes...
Y hay gente que diferencia entre terroristas y los que trabajan y viven "como nosotros"...
En cada uno habitan todas estas emociones con mayor o menor protagonismo, pero todos estamos conmovidos, nerviosos, atentos, deseando que este infierno, termine con un final feliz, aunque las muertes de nuestros muchachos, ya no nos permiten soñar con una fiesta, y la incertidumbre nos cala la esperanza, segundo a segundo...

Sólo hay algo, que en todo este tiempo, me rebela, me hace sentir mucho enojo y me resulta incomprensible...

No, no voy a hablar de los pro-palestinos, porque de eso ya hablé y en todo caso, son personas coherentes dentro de su locura anti-israelí.

Lo que me duele en el alma, son esos judíos, que dicen amar a Israel y a nuestro pueblo, que hasta cumplen los Preceptos Divinos y se dedican a difundir los valores de Torah, que son sionistas, que viven aquí y saben lo que está sucediendo y sin embargo, hacen chistes, u opinan sobre lo que decide el gobierno de Netaniahu, con una liviandad digna de hombre masa e ignorantes...
Yo comprendo que no se puede vivir todo el tiempo pensando en la guerra, aunque la gente del sur de Israel, sí vive así, sí come y duerme y trabaja y se baña y acuna a sus bebes y juega o dibuja o estudia, corriendo hacia los refugios, pero una cosa es intentar distraerse y otra cosa es publicar estupideces para hacerse los graciosos.
 Una cosa es tener ideas sobre lo que debería hacer el ejército y otra es vociferar públicamente que las decisiones del gobierno son una basura como todos los eventos bélicos anteriores.

Yo no entiendo de guerras, ni de estrategias, pero tengo un poco de sentido común que, gracias a Di-s, he capitalizado a lo largo de los años, y por eso digo:
Antes de publicar cualquier sandez, para parecer graciosa, podrías ponerte a pensar qué harías si tu hijo estuviera en el frente de batalla?
Antes de criticar lo que hace el ejército, o las decisiones del gobierno con respecto a esta guerra, sería bueno que pienses, si hablas desde la experiencia de haber combatido y saber de qué se trata, o si hablas de puro gratis que es, y de tu fértil imaginación nacida de haber hecho el ejército detrás de un escritorio.

Deseo que me comprendan bien, y si no, ya estoy acostumbrada...

Si quieres divertirte, hazlo en privado...
Porque estos días son días de mucho dolor.
Todavía no pudimos digerir el secuestro y asesinato de nuestros tres adolescentes y ya nos llueven noticias sobre los soldados que ya no regresarán a sus hogares...

Si no te cuesta mucho, te pido que dejes de escribir y postear frivolidades o que dejes de hacerte el visionario y vaticinar futuros adversos sobre las acciones militares de Israel. Di-s no lo permita.

Creo que no es mucho pedir... Un poco de empatía, un poco de recato.

Mientras tanto, sea la voluntad de Di-s, Todopoderoso, que esta guerra finalice pronto, para bien de todo el pueblo de Israel y para la paz en todo el mundo. 
Amén.