La enfermedad autoinmune en Israel...
Nosotros, los judíos, siempre nos
quejamos del odio antisemita que se manifiesta en todos los rincones
del planeta...
En algunos lugares, como en los países
árabes, es proclamado abiertamente, sin tapujos y sin vergüenza...
En otros lugares, lo callan pero lo
actúan en secreto y en otros lo disfrazan de piedad hacia nuestros
enemigos, transformando su odio hacia nosotros, en antisionismo...
De todas maneras el boycot a Israel y
la mar en coche, es todo el mismo estiércol con diferente olor...más
cool, más moderno, más intelectual y más progresista que el odio
sangriento vomitado por la boca de los líderes musulmanes, pero
esencialmente igual...
Y está bien.
El enemigo nos odia.
Es sano que ésto suceda.
Ocurre que el temor por aquel que es
diferente, el pánico de que este ser diferente sea más poderoso,
más genio, más potente y hasta más bondadoso, genera una reacción
natural en todos los seres humanos dominados por su instinto animal.
Y pueden ser los hombres más cultos de
la historia (como en Alemania Nazi) o el inmigrante ilegal africano
que huye de la miseria y el hambre... si no ha reflexionado sobre la
bendición de las diferencias, sobre la bendición que el judaísmo
ha traído al mundo, surge su instinto primario de supervivencia y
decide atacar a aquel fortachón hebreo, que aparece en escena...
Por eso me parece inútil el esfuerzo
por “aclararle” al mundo, de que somos los buenos de la
película...
Si lo quieren ver, lo verán... Pero si
no quieren verlo...
Los antijudíos quieren creer todas las
mentiras que danzan en las redes, en la prensa, en las películas y
en las conferencias...
No les interesa ni la verdad ni la
historia.
El odio antijudío, no necesita que
nosotros gastemos energía, información, o publicidad a favor de
Israel, porque así como un médico fumador, no deja de fumar a pesar
de que sabe exactamente lo que la nicotina y los tóxicos le provocan
a su organismo, su decisión de continuar con su adicción, no
depende de la información que maneja...
El ANTIJUDÍO, no necesita la
información específica sobre nuestro pueblo, ni le interesa conocer
la otra cara de la verdad de las cosas, porque el antijudío, no está
interesado en cambiar su emoción negativa sobre los hijos de Israel,
le expliquen lo que le expliquen, le aclaren lo que le aclaren...
Lo que a mi realmente me amarga, me
angustia, me sorprende para mal, me pone nerviosa y me da rabia, es
esta enfermedad que ha crecido dentro de nuestro pueblo, esta
enfermedad autoinmune, del ODIO VANO, que destruye a nuestros propios
órganos y ataca nuestra propia existencia.
Ésto sí, es un horror.
Ésto sí, merece meditación y
soluciones fuertes, innovadoras, energía, claridad, coraje,
valentía, y huevos u ovarios, según el caso.
Ortodoxos contra Laicos
Laicos contra ortodoxos
Telavivim (residentes de Tel Aviv)
contra nacionalista instalados en Yehuda y Shomrón
Masortiim, Marokaim, Mizrajim, Etiopim,
Ashkenazim, Sfaradim, Olim vatikim, Olim Jadashim, Rusos, Europeos,
Norteamericanos, Latinos, etc. todos tiene sus motivos para
despreciar a su hermano judío, y si no es por una cosa, es por la
otra.
Mi esposo y yo, que somos una mezcla
indescriptible de experiencias y decisiones, muchas veces hemos sido
tratados con indiferencia, con desprecio, con abuso, con presión y
manipulación, por distintos y diferentes judíos porque suponen que
somos de un “bando”, ya sea por nuestro aspecto, o nuestra manera de
hablar, o por nuestras elecciones o nuestra sensibiladad...
Hay mucha gente buena en Israel,
muchos, infinitos actos de bondad gratuito surgen de estas almas
nuestras, destinadas a la grandeza y a ser Luz para las Naciones...
Pero cuánta cara de tujes innecesaria
hay que soportar cotidianamente, hasta encontrar a alguien que te
devuelva el saludo aunque más no sea con una simple sonrisa!
Toda esta base de mal humor, de echar
culpas al judío de al lado sólo porque es diferente... empieza en
casa, en nuestro hogar, con nuestros amigos o parientes...
Esta enfermedad de la intolerancia
porque sí, se agranda, se explaya y llega a los lugares de poder...
Entonces un día nos desayunamos que
las “autoridades” han decidido encarcelar a los soldados que
disparan contra un enemigo declarado, pero cierran los ojos cuando un
soldado laico abusa sexualmente de otro soldado ortodoxo, y resulta que
“adiestran” a nuestro ejército con cursos y conferencias que les
dan vuelta la cabeza, explicándoles cuán conquistador es Israel y
cuán víctimas son los árabes que atentan contra nuestras vidas!
Los ministros (muchos) de nuestro
pueblo, hacen pactos con el enemigo, regalan tierras, intercambian y liberan prisioneros que luego vuelven a asesinar a los nuestros, expulsan
judíos de sus hogares, nos prohiben rezar en algunos lugares, hablan
estupideces y se agarran de las mechas entre ellos!
Se ofenden con un soldado de 19 años,
y lo condenan pública y mediáticamente, antes de la investigación
y antes del juicio, mientras se llenan la boca hablando sobre la de
ética de Tzahal!
Los ministros son parte de (o le tienen
miedo), aquellas organizaciones antisionistas que intentan
desprestigiar a nuestros soldados, a nuestros ciudadanos ocupados en
establecerse en nuestra propia tierra...
La traición disfrazada de humanismo,
está a la orden del día...
Evían a nuestros hijos a zonas de
conflicto, pero les atan las manos o se “olvidan” de traerlos de nuevo a casa...
Hay muchos avances científicos,
maravillosos, pero el progreso no hace a la felicidad, no modifica
las emociones ni nos educa para ser mejores personas.
Sales a la calle y sabes que alguien te
mirará mal, te tocará bocina cuando el semáforo aún está en
rojo, te retará por cualquier cosa, porque no has puesto el carro
del supermercado alineado “como debe ser”, porque has elegido
cubrirte el cabello con pañuelo y abandonar la peluca, o porque
aunque lo llevas atado con correa, no has castrado a tu perro...
Los muchachos ortodoxos que hacen la
Tzaváh, son maltratados por sus compañeros laicos y luego son
maltratados por su propia gente en su barrio y hasta en su hogar...
El gobierno de Israel se
“embandera” y corre a auxiliar a naciones en momentos de
cataclismos, y permite que soldados de Tzahal, ayuden a los inmigrantes ilegales
de Sudan, pero se olvida de los sobrevivientes del holocausto y de los
niños judíos con índices terribles de pobreza... Luego surge ese corazón piadoso de muchos otros judíos "particulares" que intenta curar o ayudar...
Pero desde el oficialismo... mucha careta...
Mucho “amor” para la vidriera
internacional...
Luego todos nos abrazamos en el Kotel y
lloramos creyendo que nuestros enemigos son los terroristas
musulmanes... y realmente lo son!
Pero nosotros mismos hemos abierto la
grieta!
Criticamos constantemente a nuestra
propia gente, atamos las manos de nuestros soldados, o somos
estafados tanto por el gobierno como por las empresas y particulares
que nos quieren timar, ya sea en calidad, en cantidad o en lo que
fuese...
Estoy dolida.
Este es mi pueblo, mi Nación, mi
lugar...
Einli Eretz ajeret...
(No tengo otra tierra)
Y es tan inmaduro e infantil, pretender
que la diplomacia internacional nos apoye, mientras nosotros nos
comemos vivos!
Estoy dolida por toda esa cantidad de
judíos de buen corazón que hacen voluntariamente bondades
cotidianas e infinitas y que permanecen tapados por esa otra cantidad
de hermanos egoístas, pendencieros, pro-palestinos, violentos,
astutos, que nos zapatean la cabeza, para que perdamos las ganas de
ser amables, de ser honestos, de ser sionistas o de ser judíos...
No pretendo que todos estén de acuerdo
con lo que escribo, me contento con que alguien, dolido como yo, no
se sienta tan solo ni tan loco.
Quiera Dios que los traidores de
nuestro pueblo, se arrepientan por las buenas...
Que algun día podamos curarnos de esta
enfermedad de auto-odio vano...
Y estemos listos para la Redención
Final.
Amen.
Deborah Starkloff
1 comentario:
Deborah ,en su relato hay bastante de una sensación de frustración que es humana y normal, todos en una mayor o menor medida nos sentimos así esa lucha interior y exterior por entender y mejorar el entorno es muy loable y manifiesta la disconformidad de usted en aceptar lascosas porque sí.
De todas formás siempre hay en nuestro alrededor otra realidad que no vemos, esos siete mil que siguieron fieles. Y en todos los paises hay muchos que sentimos un gran amor por Israel, pero los medios se encargan de decir y hacer creer lo contrario, solo enseñan lo malo.
En cuanto a Israel y su sociedad veo normal que esa diversidad de particularidades que usted cuenta no es más que un eslabón en el engranaje que está previsto por D-os para un fin concreto (muy bueno) aunque usted no lo entienda ahora , esa diversidad hace de Israel un país único y elegido por Hashem para iluminar y a las naciones, no se agobie puesto que usted está dentro de ese plan y está colaborando perfectamente con ello.
Así que la ánimo a descartar al menos en Israel eso que usted llama odio vano
ya que el pueblo judio a pesar de las diferencias sigue siendo uno en el estado de Israel. !Mis felicitaciones por ser parte de esa sociedad tan diversa de su pueblo!
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