Purim
Según
la Torah, según la historia, el pueblo judío pertenece a esta
Tierra Santa. Eretz Israel, la tierra de Israel, es del pueblo
Judío.
No
importa que hayamos estado exiliados por más de 2000 años, ni que
hayamos vivido en todas partes del mundo, haciendo florecer cada
rincón que hemos habitado, Israel es y será nuestro hogar.
Y
aunque muchos se fuercen por creer que es imposible que el mundo se
vuelva una y otra vez más y más loco, las evidencias son claras, y
como en los antiguos pogroms de Rusia, como en las expulsiones de
España y de otros países europeos, como el boycot a los
emprendimientos judíos, la persecución y el deseo de aniquilarnos
de antaño, hoy vuelve a la carga y tienen asistencia perfecta, en
todos los enemigos de Israel.
Israel
estado o Israel pueblo, somos una y la misma cosa. Y vivir fuera de
Israel, no nos desliga de nuestra pertenencia. Israel es nuestra
casa, es nuestro futuro.
Los
nazis de entonces y de hoy, no hacen ninguna diferencia entre
nosotros.
A
los nazis, sean alemanes, franceses, canadienses, iraníes, sirios o
sudamericanos, no les importa si estudiamos Torah, si somos genios
científicos, estrellas de cine, o amas de casa. No les importa si
hemos contribuído para crear soluciones en cualquier coordenada del
desarrollo de la humanidad. Para cualquiera de nuestros enemigos, el
judío, cualquier judío, religioso, ateo, diplomático, millonario,
instruído, buscavidas, atleta olímpico o militar, es una pesadilla
que hay que acabar.
Y
el pueblo judío, con nuestros actos de bondad, de heroísmo, de
creatividad, somos el puño estrellándose en el rostro de los
mediocres, una y otra vez, haciendo sangrar las narices de la
envidia, los celos, el rencor, y todas esas emociones que envenenan
mentes de millones de personas dispuestas a matar a sus propios hijos
a cambio de arruinar la vida de al menos, uno, de nuestro pueblo (
Di-s no lo permita).
Israel
es nuestro lugar, y aún, con todo los conflictos que tenemos entre
nosotros, esta bendita Tierra, sigue siendo el único lugar donde un
judío de cualquier lugar del mundo puede venir a refugiarse de la
maldad de quienes nos quieren destruir.
Y
no es fácil convivir...
Muchos
israelíes de izquierda quieren la paz a costa de regalar territorio
y transformarnos en un patético clon del resto de las naciones...
Parte
de los israelíes ortodoxos, pretenden vivir como en una burbuja
autónoma, olvidando que la tierra que pisan está sembrada con
sangre de nuestros hermanos, soldados que han dado su vida para que
esta Nación esté en pie.
Y
ampliando el espectro, existe una gran población que sabe que ésta
es nuestra Tierra, nuestra herencia, y es el lugar donde se lucha
cada segundo por crecer, educar, inventar y volver a empezar la vida
una y otra vez con nuestros sueños y nuestros muertos en el corazón.
Mientras
los lobos del mundo, se relamen, imaginando nuestro fin ( Di-s no
quiera), nosotros deberíamos unirnos, como nos unen ellos, nuestros
enemigos, que no hacen ninguna diferencia entre nosotros a la hora de
perseguirnos...
Éste
es el milagro de Purim.
Haman
quería destruir a todos, adultos, niños, jóvenes, ancianos,
hombres, mujeres, artesanos, cocineros o simpatizantes del
“gobierno”.
Mordejai
era un líder verdadero y sabía, que arrodillándose ante el
enemigo, no se protege al pueblo. Sabía que Di-s maneja el mundo,
pero que era necesaria la acción, actuó con sabiduría y valentía,
aconsejó a la Reina Ester y utilizó todas las herramientas
“terrenales” y “espirituales” para evitar que se concretara
el decreto de destrucción que había ideado Haman y que el Rey
Ajashverosh había autorizado.
La
Reina Ester propuso: unámonos, ayunemos, recemos y entonces me
presentaré y hablaré frente al Rey.
Entonces
Di-s, escondido en hechos “casuales”, insertó Sus milagros
dentro del mundo natural.
Haman
y sus hijos fueron colgados, las riquezas y poseciones de Haman,
pasaron a la Reina Ester, Mordejai fue elevado y honrado y, con el
anillo del Rey, selló otro decreto que ordenaba la defensa y la
lucha armada de los judíos contra los enemigos.
Tal
vez este Purim entendamos que Haman se ha multiplicado. Que al igual
que entonces, tampoco tenemos dónde huir, porque el mundo entero son
como aquellas 127 provincias del reinado de Ajashverosh. Que Israel
debe ser nuestro refugio y que debemos unirnos para cuidarnos y
cuidar nuestro futuro.
Y
que necesitamos ese líder que combine la fe en Di-s, la sabiduría,
la bondad y compasión por nuestro pueblo, con la grandeza política,
la claridad de la acción necesaria para proteger al pueblo y la
determinación de no dejarse doblegar ni intimidar por las
circunstancias.
Y
finalmente, necesitamos esa Reina que anime al pueblo a unirse como
un todo, para efectivizar nuestra salvación y nuestra “remake”
del Milagro.
Pidamos
la renovación de aquel final feliz y que tengamos un Purim Sameaj,
para todos.
Con todo mi amor
Patriicia Deborah Starkloff
1 comentario:
Muy lindo tu comentario Deborah. Y mas que eso, todo apegado a la verdad. Por favor sigue adelante escribiendo la verdad que el mundo, aunque les duela, deben conocer. Jag Pesaj sameyaj para todos.
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