BS"D
Imagen gentileza de Iael Starkloff
BS”D
La
Fidelidad de los Rebeldes 1
- Creo en Di-s
- Creo en la Torah
- Creo que laTorah es Divina y que fue entregada por Di-s a través de Moshé Rabeinu a todo el Pueblo de Israel en el monte Sinai.
- Creo que tenemos que cumplir los Preceptos ordenados por Di-s
- Creo en la esencia Divina que habita en cada ser humano
- Creo en la futura revelación del Mashiaj, en la Redención Final y en la Resurrección de los muertos.
Por
qué aclarar todo ésto?
Porque
estoy a punto de patear el tablero y no quiero dejar en manos de los
hipócritas, conclusiones que puedan ser manipuladas para tergiversar
mi mensaje.
OK.
Nací
en una familia judía, tradicionalista.
Me
eduqué como judía “secular”, con una espontánea comunicación
con Di-s, amor a Israel y orgullosa de pertenecer al pueblo judío.
Mi
sueño era ser cantante, cosa que hice durante largos años.
Trabajé
en teatro, televisión y “varios”.
Aquel
que esté interesado en conocer mi trabajo profesional, puede
ingresar a mi blog y ver mi Curriculum.
Tuve
todo lo que según decían las propagandas de la tele, hacían “la
felicidad”, pero yo, me sentía muy desdichada.
Fui
muy paciente durante muchos años de psicoanálisis buscando resolver
mi vida, pero no hallé respuestas a mis angustias ni a mi ansiedad.
Estaba
casada, tenía un hijo, un trabajo, una carrera, una casa, un
deporte, un auto y un perro. Y era muy infeliz.
Me
divorcié y con mi hijo, el perro, y mi guitarra, nos mudamos.
Comencé
a buscar respuestas en el camino espiritual.
Conocí
a mi actual esposo bailando salsa.
Juntos
comenzamos el camino de Teshuváh (el “retorno” a la Torah y a
las Mitzvot) y tuvimos, gracias a Di-s, una hija maravillosa.
El
camino de retorno es algo muy especial. Porque para “volver” a un
lugar que no recordamos, necesitamos gente “sabia” que nos guíe.
Qué
significa?
Que
cuando uno está dispuesto a dejar todo lo que durante años formó
parte de su mundo tanto interno como externo, se queda en carne viva
y sólo. Y en esa intemperie cósmica, espera por alguien piadoso le
ofrezca una visión clara del horizonte al que anhelamos (?) llegar.
Necesitamos
de señaladores que nos indiquen cómo alcanzar los senderos que se
encuentran ocultos en nuestro mapa interior.
Aquí
comienza el problema.
No hay
mucha gente sabia.
Hay
mucha gente con “buenas intenciones” y también muchas “sin”.
Hay
gente que cree haber llegado al horizonte. Y que ese horizonte es
único y de un sólo color y textura y que todo lo que no es “ese”
horizonte simplemente no es el HORIZONTE VERDADERO.
Otra
cree haber nacido en la cúspide de la cima. Y se siente orgullosa de
haber nacido allí ignorando que lo que importa es la travesía que
uno haga y no, el hecho que Di-s haya elegido ese lugar y esa
condición para comenzar nuestro viaje.
Hay
mucha gente imbécil.
Hay
gente que tiene mucho conocimiento de las escrituras, de lo que
enseñaron los sabios, hay gente que tiene un gran árbol
genealógico, hay gente que tiene un padre, esposo, abuelo o hijo,
“Rabino”. Hay gente que sabe de memoria la Bendición para
después de las comidas. Hay gente que vive cerca de una Yeshiváh o
dentro de ella, pero nada de todo ésto está relacionado con la
sabiduría de Torah de una persona.
El
“retornante” baja la guardia, es conciente que no sabe y cree que
los que dicen saber, saben de lo que están hablando.
En la
ingenuidad del “retornante” que no tiene idea de lo que significa
Torah ni de lo que significa Mitzvot, cree que esa gente que nos mira
como desde “arriba”, con cierto paternalismo, (con cierto
desprecio), o con aire de “soy el más mejor”, tienen todas las
respuestas que necesitamos para acercarnos a Di-s y a Sus Preceptos.
Bueno, no todo el mundo
“ortodoxo” es así, hay también gente que sí sabe y que sí
tiene idea de que la Teshuváh es y debe ser creativa y particular y
no una fotocopia mediocre, pero estos “grandes”, son contados con
los dedos de una sóla mano.
La
mayoría de la gente observante se la creyó. Cree que por tener un
estilo de vida ortodoxo-jaredí, ya está. Ya llegó. Tal vez le
falte alguna “jumráh más o menos”, pero en esencia, (cree que),
ya está allí.
Y los
que retornamos de una vida totalmente alejada de la observancia y del
temor reverencial a Di-s, nos tragamos la angustia de haber llegado
tarde a una fiesta que ni siquiera sabíamos que existía, pero que
deberíamos haberlo sabido y ahora que lo sabemos debemos actuar como
que lo sabíamos desde siempre y que nacimos con un sombrero o con
una peluca puestos en la cabeza, para que nadie vaya a notar, ni a
sospechar siquiera que alguna vez NO fuimos observantes, y que si
alguna vez fuimos securales, ahora estamos avergonzados,
arrepentidos, de nuestra vida “anterior” llena de basura y cosas
inservibles. Si es así, si finalmente el retornante asume bajo la
“doma” de los religiosos de siempre, que es culpable de no haber
sido otra persona con otra historia más kasher en su vida, entonces
está bien, será aceptado como si hubiera nacido dentro de la
kehiláh, hasta tal vez se pueda casar o pueda casar a sus hijos con
gente que es religiosa de toda la vida!
Por
supuesto que hay que hacer una distinción entre los que se paran
sobre nuestras cabezas para obligarnos a entrar en un cubículo de
vida “religioso” y los torpes de buen corazón que no saben
siquiera mirarse al espejo. Aunque ambos son nefastos al momento de
“ayudarnos” a caminar el camino de la Torah, los primeros son
tiranos de alma, y los segundos son clones que sólo saben repetir
recetas híbridas y vomitivas...
Para
alguien como yo, con un historial de vida intensa, el encuentro con
la sabiduría de la Torah a través de los libros fue algo I M P R E
S I O N A N T E!!! Era tan maravilloso internarme en la sabididuría
que Di-s nos había legado! Había tanto por aprender, por disfrutar,
por actualizar!
Parte
de ese entusiasmo, de ese despertar fue incinerado con los primeros
encuentros que tuve con representates del “ambiente religioso
ortodoxo”.
Gracias
a Di-s, aún conservo intacta mi creencia en el Creador y en Su
Torah, pero estoy, como muchos, como muchísimos, cansada de aquellos
que se adjudican la etiqueta de “dueños de casa”. No es
casualidad que parte de las profecías sobre el Mashiaj predicen que
él va a acercar a los alejados y alejar a los cercanos...
Si la
cercanía a la Torah y a sus Preceptos es mecánica, fría,
prejuiciosa, subida sobre los cadáveres espirituales de todos
aquellos que fueron asesinados por la careateada del ambiente
religioso, es de seguro que el Mashiaj los va a querer lo más lejos
posible de su olfato. Y digo adrede el concepto de olfato, pues el
Mashiaj va a reconocer la verdad de cada persona a través de su
santa y privilegiada nariz.
Y
prepárate para la gran sorpresa, porque muchos de aquellos que se
bajaron del tren de la observancia, lo hicieron porque se asquearon
de la hipocrecía del ambiente religioso ortodoxo-jaredí, pero esa
repulsión habla de lo apegados que están a la verdad, aunque elijan
en este momento un camino que parece contradecir su creencia en Di-s,
su huída, es una búsqueda frenética de lo DIVINO. Ésto es lo que
yo llamo la Fidelidad de los Rebeldes.
Llevo
casi 18 años de “retornante”, y no nací ayer.
El por
qué nunca escribí tan directamente sobre mi fastidio hacia la
dirigencia ortodoxa y los rebaños silenciosos que acatan y repiten
prejuicios sin reflexionar, se debe a que hasta hace unos días creía
que no era bueno sacar los trapitos al sol. Creía que como sé que
esto lo leeran judíos y no judíos, semitas y antisemitas, laicos y
religiosos (?), temía que mi mirada pudiera perjudicar el
acercamiento a la Torah de algunos o causara falta de respeto hacia
la Torah (Di-s no lo permita) a otros. Hace unos días me enteré que
muchos Rabinos han silenciado el abuso, acoso, maltrato, etc. etc.
para que no se ventilaran esos sucios asuntos fuera (ni tampoco
dentro) del ámbito ortodoxo. O sea que las víctimas de todas esas
perversiones, deben continuar como si nada hubiera sucedido, para
preservar la paz comunitaria...
Creo
que es hora de revertir las cosas.
La
Torah es dada para refinar a la sociedad.
La
Torah es dada para alegrar la vida de las personas, para dejar de ser
un animal que come cholent el sábado a la mañana y ser un hombre
sensible que reza con el corazón y respeta al más pequeño de sus
hijos, que acompaña empáticamente los diferentes estados de ánimo
de su mujer y es un ejemplo de rectitud real para aquellos que lo
rodean.
La
Torah es dada para sacar de lo potencial a la acción todos los
talentos que Di-s nos otorgó para embellecer Su Mundo.
La
Torah es dada para “ser” y no para “hacernos los Tzadikim”
Puedo
decir después de todos estos años que tengo suficiente experiencia
como para creer que NO estoy equivocada. Quise estar equivocada.
Prefería creer que estaba equivocada, cuando me enteré que una
mujer que preparaba novias enseñando “Pureza Familiar” les decía
que si el marido les pegaba, ellas no tenían que contarle a nadie. Y
que cuando denuncié esta situación a un Rabino, éste me dijo que
no podía ser. Y cuando le pregunté que cuál sería el sentido que
una joven inventara esa historia y viniera llorando a contarme lo que
la Rabanit le había dicho, el Rabino me preguntó quién era esa
Rabanit y yo le dije el nombre y éste se quedó en silencio y me
respondió que entonces podía ser verdad... Y cuando yo le pregunté
por qué permitían que alguien así preparara a las novias para
casarse, el Rabino me respondió que el esposo era una persona
“importante”.
Quise
estar equivocada cuando una mujer ortodoxa, me contó que ella se
“afeitaba” la cabeza, pero que su marido no lo sabía. Y cuando
le pregunté cómo hacía para que el marido no supiera, me contó
que en la intimidad, ella usaba la peluca.
Quise
estar equivocada, cuando envié material escrito a una Kehiláh y
nadie me respondió, pero un tiempo después apareció un cuento muy
parecido al que yo había enviado, en una revista de esa Kehiláh con
el nombre de “otro” autor.
Quise
estar equivocada cuando una Rabanit, con la que tenía muy poca
relación, me solicitó que trabajara gratis en un evento suyo.
Muchas Rabaniot, me solicitaron el favor de mi profesionalismo como
cantante o show-woman, y a pedido de ellas yo hice mi trabajo en
forma gratuita infinitas veces... Pero cuando necesité un salón
para hacer el bat Mitzvá de mi hija, y quise conversar sobre la
posibilidad de alquilar uno de los salones, esta Rabanit en cuestión,
me respondió secamente que ella no se ocupaba de esas cosas y me
derivó para que hablara con un empleado.
Quise
estar equivocada cuando me senté con el director de un programa para
enseñar Torah a Jóvenes Universitarios y le ofrecí un montón de
ideas que él menospreció, tuve que soportar que de golpe no me
dirigiera más la palabra y que al poco tiempo iniciara un proyecto
gigante basándose en cada una de las ideas que yo le había ofrecido
y obviamente desligándome de la tarea.
Quise
estar equivocada cuando una pareja ocultó la enfermedad muy muy
grave de la mujer, para obtener la adopción de tres niños que ya
venían de un hogar sustituto. La mujer murió y mucha gente se
preguntó cómo podía ser que Di-s enfermara a esa mujer después de
haber hecho un gesto de amor tan grande como es el adoptar niños sin
hogar.
Quise
estar equivocada cuando comprobé que las habladurías iban de un
lado para otro sabiendo que es una de las prohibiciones más graves
de la Torah.
Quise
estar equivocada cuando muchísimos artistas renunciaban a sus
talentos gracias a los “buenos consejos” de algún Rabino que
veía en lo artístico la puerta del Geheinom.
Quise
estar equivocada cuando durante la reestructuración de un centro de
estudios de Torah, un grupo de jóvenes solicitó explícitamente que
yo siguiera enseñando allí, entonces el Rabino me redujo las horas
de enseñanza.
Quise
estar equivocada cuando llegué a Israel y conocí las mentiras que
viven muchas familias para poder insertar a los hijos en las escuelas
religiosas.
Quise
estar equivocada cuando supe que una mujer ortodoxa sigue ingiriendo
lacteos a sabiendas que su bebé (que está amamantando) es alérgico
a la leche. Y también quise estar equivocada, cuando mi vecina
ortodoxa al ver que yo estaba grabando el llanto desesperado de su
bebé, que se repetía cada mañana y cada tarde durante semanas,
cerró las persianas y mudó al bebé a otra habitación como para
que no sea tan audible...
Y,
lamentablemente, la lista sigue...
Aquí,
en Isreal me shockeó la multitud de judíos que observan Mitzvot. Me
perturbó cuando ví que hay muchas maneras de servir a HaShem.
Existe
un Universo infinito para cumplir las Mitzvot según la Halajá.
El
camino de la Torah y de Mitzvot, debería ser un camino de
alegría,porque Di-s pide que lo sirvamos con alegría.
Y qué
tipo de alegría puede existir cuando alguien vive la vida que otros
(en general inútiles) le dicen cómo la tiene que vivir?
Si
alguien viene a decirte lo que deberías hacer... sería conveniente
que cierres tus oídos como si fuera lashón hará (habladurías),
porque si no solicitaste su consejo, quién lo invitó a opinar, y
qué le hace pensar a esa persona que tiene “la posta”?
No sé
muy bien a qué me voy a dedicar de ahora en más.
Pero
este deja vu ya lo he vivido (ja ja)...
Sé
que cuando quemo las velas, es porque en breve comenzaré a volar.
Beezrat
HaShem. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario