Torah para Vivir
5 feb 2012
Torah en Español Libro Shemot (Éxodo) Itró
LIBRO SHEMOT - PARASHÁ ITRÓ
Shevat 12 - 18, 5772 / Febrero 5 - 11, 2012
18
- 1 Itró, sacerdote de Midián, suegro de Moshé (Moisés), oyó todo lo que Dios hizo con Moshé (Moisés) y con Israel, Su pueblo: que El Eterno había sacado a Israel de Egipto. 2 Itró, suegro de Moshé (Moisés), tomó a Tzipora, mujer de Moshé (Moisés), después de que ésta había sido enviada; 3 y a sus dos hijos, de los cuales el primero se llamaba Gershom, pues había dicho «He sido extranjero en una tierra extraña»; 4 y el otro se llamaba Eliezer, pues «el Dios de mi padre vino en mi ayuda y Él me salvó de la espada del Faraón». 5 Itró, suegro de Moshé (Moisés), vino a Moshé (Moisés) con sus hijos y su mujer, al desierto donde estaba acampando, junto a la Montaña de Dios. 6 Él le dijo a Moshé (Moisés): «Yo, tu suegro Itró, he venido hacia ti, con tu mujer y sus dos hijos junto con ella». 7 Moshé (Moisés) salió a recibir a su suegro y se postró y lo besó, y cada uno preguntó por el bienestar del otro; luego entraron a la tienda. 8 Moshé (Moisés) le relató a su suegro todo lo que El Eterno había hecho al Faraón y a Egipto por Israel, todas las dificultades que les habían ocurrido en el camino, y que El Eterno los había rescatado. 9 Itró se alegró por todo el bien que El Eterno había hecho por Israel, que El los había rescatado de la tierra de Egipto. 10 Dijo Itró: «Bendito es El Eterno, Quien os ha rescatado de la mano de Egipto y de la mano del Faraón, Quien ha rescatado al pueblo de la mano de Egipto. 11 Ahora sé que El Eterno es más grande que todos los dioses, pues utilizando sus propios planes se elevó sobre ellos». 12 Itró, suegro de Moshé (Moisés), tomó una ofrenda ígnea y ofrendas festivas para Dios; y Aarón y todos los ancianos de Israel vinieron a comer pan con el suegro de Moshé (Moisés) ante Dios. (2º DÍA / 2ª ALIÁ) 13 Y al día siguiente, Moshé (Moisés) se sentó a juzgar al pueblo y el pueblo se paró alrededor de Moshé (Moisés) desde la mañana hasta el anochecer. 14 El suegro de Moshé (Moisés) vio todo lo que él le hacía al pueblo, y dijo: «¿Qué es esto que le haces al pueblo? ¿Por qué te sientas solo y todo el pueblo se para a tu alrededor desde la mañana hasta el anochecer?». 15 Moshé (Moisés) le dijo a su suegro: «Porque el pueblo se me acerca para consultar a Dios. 16 Cuando tienen un asunto, vienen a mí, y yo juzgo entre un hombre y su prójimo, y hago conocer los decretos de Dios y Sus enseñanzas». 17 El suegro de Moshé (Moisés) le dijo: «Lo que haces no es bueno. 18 Ciertamente te agotarás, tú y la gente que está contigo, pues este asunto es demasiado duro para ti, no podrás hacerlo tú solo. 19 Ahora escucha mi voz. Te daré un consejo, y que Dios esté contigo. Sé tú un representante de Dios, transmitiendo los asuntos a Dios. 20 Los advertirás en cuanto a los decretos y las enseñanzas, y les harás conocer el camino por el que deben ir y los actos que deben realizar. 21 Y elegirás entre todo el pueblo hombres con recursos, personas temerosas de Dios, hombres de verdad, personas que odien la injusticia, y los designarás líderes de miles, líderes de cientos, líderes de cincuenta personas y líderes de diez personas. 22 Ellos juzgarán al pueblo todo el tiempo y te traerán todos los asuntos importantes a ti, y todos los asuntos menores ellos los juzgarán, y te será más fácil, y ellos llevarán la carga contigo. 23 Si haces esto, y Dios te ordena, entonces lo podrás soportar, y también todo este pueblo llegará en paz a su lugar». (3er DÍA / 3ª ALIÁ) 24 Moshé (Moisés) aceptó lo que le dijo su suegro e hizo todo lo que le había dicho. 25 Moshé (Moisés) eligió hombres con recursos de entre todo Israel y los designó jefes del pueblo, líderes de miles, líderes de cientos, líderes de cincuenta personas y líderes de diez personas. 26 Ellos juzgaron al pueblo todo el tiempo; lo que era difícil se lo traían a Moshé (Moisés) y los asuntos pequeños los juzgaban ellos mismos. 27 Moshé (Moisés) despidió a su suegro y volvió a su tierra. (4º DÍA / 4ª ALIÁ)
19
- 1 En el tercer mes del Éxodo de los Hijos de Israel de Egipto, en ese día, arribaron al desierto de Sinaí. 2 Marcharon desde Refidim y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; e Israel acampó allí, frente a la montaña. 3 Moshé (Moisés) ascendió a Dios y El Eterno lo llamó desde la montaña, diciendo: «Así dirás a la Casa de Iaakov (Jacob) y relatarás a los Hijos de Israel: 4 Habéis visto lo que le hice a Egipto, y que os he transportado sobre alas de águilas y os he traído hacia Mí. 5 Y ahora, si obedecéis Mi voz y observáis Mi pacto, seréis para Mí el tesoro más preciado de todos los pueblos, pues Mía es toda la tierra. 6 Seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Éstas son las palabras que hablaréis a los Hijos de Israel». (5º DÍA / 5ª ALIÁ) 7 Moshé (Moisés) vino y convocó a los ancianos del pueblo, y puso ante ellos todas estas palabras que El Eterno le había ordenado. 8 Todo el pueblo respondió al unísono y dijo: «¡Todo lo que El Eterno ha hablado lo haremos!». Moshé (Moisés) transmitió de vuelta las palabras del pueblo a El Eterno. 9 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «He aquí que vengo hacia ti en la espesura de la nube, para que el pueblo oiga cuando te hable y también para que crea en ti por siempre». Moshé (Moisés) relató las palabras del pueblo a El Eterno. 10 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Ve al pueblo y santifícalos hoy y mañana, y lavarán sus vestimentas. 11 Que se preparen para el tercer día, pues al tercer día El Eterno descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el Monte de Sinaí. 12 Establecerás límites para el pueblo, diciendo: Tened cuidado de no subir a la montaña ni de tocar su borde; todo el que toque la montaña, ciertamente morirá. 13 La mano no la tocará, pues ciertamente (el que la toque) será apedreado o tirado abajo; tanto animal como persona no vivirá; con el sonido extendido del shofar, pueden ascender la montaña». 14 Moshé (Moisés) descendió de la montaña al pueblo. Santificó al pueblo y ellos se lavaron las vestimentas. 15 Le dijo al pueblo: «Estad listos tras un lapso de tres días; no os acerquéis a las mujeres». 16 Al tercer día, cuando era de mañana, hubo truenos y relámpagos y una pesada nube sobre la montaña, y el sonido del shofar era muy poderoso, y todo el pueblo que estaba en el campamento se estremeció. 17 Moshé (Moisés) llevó al pueblo del campamento hacia Dios, y se pararon al pie de la montaña. 18 Todo el Monte de Sinaí estaba humeante, porque El Eterno había descendido sobre él en el fuego; su humo subía como el humo de un horno y toda la montaña se estremeció sobremanera. 19 El sonido del shofar se hizo más y más fuerte; Moshé (Moisés) hablaba y Dios le respondía con una voz. (6º DÍA / 6ª ALIÁ) 20 El Eterno descendió sobre el Monte de Sinaí en la cima de la montaña; El Eterno convocó a Moshé (Moisés) a la cima de la montaña y Moshé (Moisés) ascendió. 21 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Baja, advierte al pueblo, para que no se abran paso hacia El Eterno para ver, y una multitud de ellos caerá. 22 Hasta los sacerdotes que se acerquen a El Eterno deben estar preparados, para que El Eterno no irrumpa contra ellos». 23 Moshe le dijo a El Eterno: «El pueblo no puede subir al Monte Sinaí, pues Tú nos advertiste, diciendo: Ponle límites a la montaña y conságrala». 24 El Eterno le dijo: «Ve, desciende. Luego subirás, y Aarón contigo, mas los sacerdotes y el pueblo, ellos no deberán subir a El Eterno, para que Él no irrumpa contra ellos». 25 Moshe descendió al pueblo y les habló.
20
- 1 Dios dijo todas estas palabras, diciendo: 2 Yo soy El Eterno, tu Dios, Quien te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la esclavitud. 3 No reconocerás a los dioses de los otros en Mi presencia. 4 No te harás una imagen tallada ni ninguna semejanza de aquello que está arriba en los cielos ni abajo en la tierra ni en el agua debajo de la tierra. 5 No te postrarás ante ellos ni los adorarás, pues Yo soy El Eterno, tu Dios, un Dios celoso, Quien tiene presente el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación con Mis enemigos; 6 pero Quien muestra benevolencia con miles de generaciones a aquellos que Me aman y observan Mis preceptos. 7 No tomarás el Nombre de El Eterno, tu Dios, en vano, pues El Eterno no absolverá a nadie que tome Su Nombre en vano. 8 Recuerda el día de Shabbat, para santificarlo. 9 Seis días trabajarás y completarás todo tu trabajo; 10 mas el séptimo día es Shabbat para El Eterno, tu Dios; no harás ningún trabajo, tú, tu hijo, tu hija, tu esclavo, tu sirvienta, tu animal y tu converso dentro de tus puertas, 11 pues en seis días El Eterno hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó el séptimo día. Por eso, El Eterno bendijo el día de Shabbat y lo santificó. 12 Honra a tu padre y tu madre, para que se alarguen tus días sobre la tierra que El Eterno, tu Dios, te da. 13 No matarás; no cometerás adulterio; no robarás; no prestarás falso testimonio contra tu prójimo. 14 No desearás la casa de tu prójimo. No desearás la mujer de tu prójimo, su sirviente, su sirvienta, su buey, su asno, ni nada que le pertenezca a tu prójimo. (7º DÍA / 7ª ALIÁ) 15 Todo el pueblo vio las voces y las llamas, el sonido del shofar y la montaña humeante; el pueblo vio y tembló y se paró a lo lejos. 16 Le dijeron a Moshé (Moisés): «Tú háblanos y oiremos; que Dios no nos hable, para que no muramos». 17 Moshé (Moisés) le dijo al pueblo: «No temáis, pues a fin de elevaros ha venido Dios; para que el temor de Él esté en vuestros rostros, para que no pequéis». 18 El pueblo se paró a lo lejos y Moshé (Moisés) se acercó a la espesa nube donde se encontraba Dios. (MAFTIR) 19 El Eterno le dijo a Moshé (Moisés): «Así les dirás a los Hijos de Israel: Habéis visto que os hablé desde el cielo. 20 No haréis representación alguna de nada relacionado conmigo; dioses de plata y dioses de oro no haréis para vosotros. 21 Un altar de tierra Me haréis, y en él sacrificaréis vuestras ofrendas ígneas y vuestras ofrendas pacíficas, vuestras ovejas y vuestro ganado vacuno; en todos los lugares donde Yo permita que se mencione Mi Nombre, vendré hacia vosotros y os bendeciré. 22 Y cuando Me hagáis un altar de piedras, no las labraréis, pues habréis alzado vuestra espada sobre él, profanándolo. 23 No ascenderéis a Mi altar con escalones, para que vuestra desnudez no se descubra sobre él».
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