Torah para Vivir
16 oct 2011
Torah en Español Libro Bereshit (Génesis)
BS"D
Parashá BERESHIT
1
- 1 En el comienzo de la creación de Dios del cielo y la tierra, 2 cuando la tierra estaba informe y vacía, con oscuridad sobre la superficie del abismo, y la Presencia Divina flotaba sobre la superficie de las aguas, 3 dijo Dios: «Que haya luz», y hubo luz. 4 Dios vio que la luz era buena, y Dios separó la luz de la oscuridad. 5 Dios llamó a la luz «Día» y a la oscuridad la llamó «Noche». Y fue de tarde, y fue de mañana, un día. 6 Dijo Dios: «Que haya un firmamento en medio de las aguas y que separe las aguas de las aguas». 7 Así Dios hizo el firmamento y separó las aguas que estaban debajo del firmamento de las aguas que estaban por encima del firmamento. Y así fue. 8 Dios llamó al firmamento «Cielo». Y fue de tarde, y fue de mañana, el segundo día. 9 Dijo Dios: «Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un área, y que aparezca la tierra seca». Y así fue. 10 Dios llamó a la tierra seca «Tierra», y a la reunión de aguas la llamó «Mares». Y Dios vio que era bueno. 11 Dijo Dios: «Que la tierra produzca vegetación: hierbas que den semillas, árboles frutales que den frutos, cada uno según su especie y que contengan su propia semilla sobre la tierra». Y así fue. 12 Y la tierra produjo vegetación: hierbas que dan semillas según su especie y árboles que producen frutos, cada uno conteniendo su semilla, según su especie. Y Dios vio que era bueno. 13 Y fue de tarde, y fue de mañana, el tercer día. 14 Dijo Dios: «Que haya luminarias en el firmamento del cielo para que separen el día de la noche; y sirvan de señales y para las fiestas, y para los días y los años, 15 y sirvan de luminarias en el firmamento del cielo para que iluminen sobre la tierra». Y así fue. 16 Y Dios hizo las dos grandes luminarias, la luminaria mayor para que domine el día, y la luminaria menor para que domine la noche; y las estrellas. 17 Y Dios las colocó en el firmamento del cielo para que den luz sobre la tierra, 18 para que dominen de día y de noche, y para que separen la luz de la oscuridad. Y Dios vio que era bueno. 19 Y fue de tarde, y fue de mañana, el cuarto día. 20 Dijo Dios: «Que las aguas proliferen seres vivos y que aves vuelen sobre la tierra a través de la extensión del firmamento del cielo». 21 Y Dios creó los enormes gigantes del mar y todos los seres vivos que reptan, con los que se colmaron las aguas según sus especies; y todas las aves aladas de todas las especies. Y Dios vio que era bueno. 22 Dios los bendijo, diciendo: «Fructificaos y multiplicaos, y llenad las aguas de los mares; pero las aves aumentarán en la tierra». 23 Y fue de tarde y fue de mañana, el quinto día. 24 Dijo Dios: «Que la tierra produzca seres vivos, cada uno según su especie: animal y reptil, y la bestia de la tierra, cada uno según su especie». Y así fue. 25 Dios hizo la bestia de la tierra según su especie y el animal según su especie, y todos los reptiles de la tierra según sus especies. Y Dios vio que era bueno. 26 Y dijo Dios: «Hagamos al hombre a Nuestra Imagen, y a Nuestra Semejanza. Él reinará sobre los peces del mar, las aves del cielo, y sobre los animales, y sobre toda la tierra, y sobre todos los reptiles que reptan sobre la tierra». 27 Así Dios creó al hombre a Su Imagen, en la Imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. 28 Dios los bendijo y Dios les dijo: «Fructificaos y multiplicaos, llenad la tierra y dominadla; reinad sobre los peces del mar, las aves del cielo, y todas las bestias que se mueven sobre la tierra». 29 Dijo Dios: «He aquí que os he dado todas las hierbas que dan simiente que hay sobre la superficie de la tierra, y todos los árboles que tienen frutos que dan simiente; y serán vuestros, para que os sirvan de alimento. 30 Y para todas las bestias de la tierra, para todas las aves del cielo, y para todo lo que se mueve sobre la tierra, en cuyo interior hay un alma viva, todas las hierbas verdes servirán de alimento». Y así fue. 31 Y Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno. Y fue de tarde, y fue de mañana, el sexto día.
2
- 1 Así se completaron el cielo y la tierra, y todos sus componentes. 2 Al séptimo día Dios completó Su obra que había hecho, y cesó el séptimo día de toda Su obra que había hecho. 3 Dios bendijo al séptimo día y lo santificó, porque en él cesó toda Su obra que Dios creó para hacer. (2ª ALIÁ) 4 Éstas son las crónicas del cielo y la tierra cuando fueron creados el día que El Eterno Dios hizo la tierra y el cielo, 5 pero todo arbusto del campo todavía no estaba en la tierra y toda hierba del campo todavía no había brotado, pues El Eterno Dios no había enviado lluvia sobre la tierra y no había nadie que trabajara el suelo. 6 Ascendió una bruma de la tierra y regó toda la superficie del suelo. 7 Y El Eterno Dios formó al hombre de polvo de la tierra y le exhaló en sus fosas nasales el alma de vida; y el hombre se transformó en un ser vivo. 8 El Eterno Dios plantó un jardín en el Edén, hacia el este, y allí colocó al hombre que había formado. 9 Y El Eterno Dios hizo que brotaran de la tierra todos los árboles que eran agradables a la vista y buenos como alimento; y el Árbol de la Vida, en medio del jardín, y el Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal. 10 Del Edén surge un río que riega el jardín, y de allí se divide y se transforma en cuatro cursos de agua. 11 El nombre del primero es Pishón, el que circunda toda la tierra de Javilá, donde está el oro. 12 El oro de esa tierra es bueno; allí hay perlas y piedra de berilio. 13 El nombre del segundo río es Gijón, el que circunda toda la tierra de Cush. 14 El nombre del tercer río es Tigris, el que fluye hacia el este de Asiria; y el cuarto río es el Éufrates. 15 El Eterno Dios tomó al hombre y lo colocó en el Jardín del Edén, para que lo trabajara y lo cuidara. 16 Y El Eterno Dios le ordenó al hombre, diciendo: «De todo árbol del jardín podrás comer; 17 pero del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, no comerás; pues el día que de él comas, ciertamente morirás». 18 El Eterno Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo; le haré una compañera que le corresponda». 19 El Eterno Dios había formado de la tierra todas las bestias del campo y todas las aves del cielo, y las había llevado ante el hombre para ver qué nombre le daba a cada una; y todo nombre que el hombre le daba a cada ser vivo, ése era su nombre. (3ª ALIÁ) 20 Y el hombre les dio nombre a todo animal de ganado y a las aves del cielo y a todas las bestias del campo; pero en cuanto al hombre, no halló un ayudante que le correspondiera. 21 El Eterno Dios causó un profundo estado de somnolencia en el hombre, y éste se durmió; y Él tomó uno de sus costados y cerró la carne en su lugar. 22 El Eterno Dios, con el costado que había tomado del hombre, construyó una mujer y la llevó ante el hombre. 23 Y el hombre dijo: «Esta vez es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Ésta será llamada Ishá (mujer), pues del Ish (hombre) fue tomada». 24 Por tanto, el hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer, y se transformarán en una sola carne. 25 Ambos estaban desnudos, el hombre y su mujer, y no tenían vergüenza.
3
- 1 La serpiente era más astuta que cualquier otra bestia del campo que El Eterno Dios había hecho. Ella le dijo a la mujer: «¿Acaso Dios dijo No comeréis de ningún árbol del jardín?». 2 La mujer le dijo a la serpiente: «Del fruto de cualquier árbol del jardín podemos comer. 3 Del fruto del árbol que está en el centro del jardín, Dios ha dicho: No comeréis de él y no lo tocaréis, para que no muráis». 4 La serpiente le dijo a la mujer: «Ciertamente que no moriréis; 5 pues Dios sabe que el día que de él comáis, vuestros ojos se abrirán, y seréis como Dios; conocedores del bien y del mal». 6 Y la mujer percibió que el árbol era bueno como alimento, y que era un deleite para los ojos, y que el árbol era deseable como un medio para alcanzar la sabiduría, y ella tomó de su fruto y comió; y también le dio a su marido junto a ella y él comió. 7 Entonces los ojos de ambos se abrieron y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosieron una hoja de higuera y se hicieron faldillas. 8 Oyeron la voz de El Eterno Dios que andaba en el jardín en dirección hacia el anochecer (oeste); y el hombre y su mujer se escondieron de El Eterno Dios entre los árboles del jardín. 9 El Eterno Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?». 10 Él dijo: «Oí Tu voz en el jardín, y tuve miedo, pues estoy desnudo, así que me escondí». 11 Y Él dijo: «¿Quién te dijo que estás desnudo? ¿Acaso comiste del árbol del que te ordené que no comieras?». 12 El hombre dijo: «La mujer que me diste para que estuviera conmigo, ella me dio del árbol y yo comí». 13 Y El Eterno Dios le dijo a la mujer: «¡¿Qué es lo que has hecho?!». La mujer dijo: «La serpiente me engañó, y yo comí». 14 Y El Eterno Dios le dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita serás entre todo animal de ganado y toda bestia del campo; sobre tu vientre irás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Pondré odio entre tú y la mujer, y entre tu descendencia y su descendencia. Él te golpeará la cabeza y tú le golpearás el talón». 16 A la mujer le dijo: «Aumentaré en gran medida tu sufrimiento y tu gestación; con dolor parirás a tus hijos; desearás a tu marido y él te dominará». 17 Al hombre le dijo: «Por haber hecho caso a tu esposa y haber comido del árbol acerca del cual te ordené, diciendo: De él no comerás, maldita es la tierra por tu culpa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Ella producirá espinos y abrojos para ti y comerás las hierbas del campo. 19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que retornes a la tierra, de la que fuiste tomado; pues tú eres polvo y al polvo retornarás». 20 El hombre llamó a su mujer Javá (Eva), pues ella era madre de todo lo viviente. 21 Y El Eterno Dios hizo para Adam (Adán) y para su esposa vestimentas de pieles, y Los vistió. (4ª ALIÁ) 22 Y dijo El Eterno Dios: «He aquí que el hombre se ha vuelto similar a nosotros, que conoce el bien y el mal; ahora, ¡que no extienda la mano y tome también del Árbol de la Vida, y coma y viva por siempre!». 23 El Eterno Dios lo expulsó del Jardín del Edén, para que trabajara el suelo del que fue tomado. 24 Y al expulsar al hombre, Él colocó al este del Jardín del Edén los querubines y la llama de la espada giratoria para custodiar el camino que conduce al Árbol de la Vida.
4
- 1 El hombre Adam (Adán) conoció a su mujer Javá (Eva) y ella concibió y dio a luz a Caín, diciendo: «He adquirido un hombre con El Eterno». 2 Y también dio a luz a su hermano Hevel (Abel). Hevel (Abel) fue pastor y Caín fue labrador. 3Transcurrido cierto tiempo, Caín llevó una ofrenda ante El Eterno del fruto de la tierra; 4 Hevel (Abel), él también presentó una ofrenda de los primerizos de su rebaño, y de los más selectos. El Eterno accedió a Hevel (Abel) y su ofrenda, 5 mas a Caín y su ofrenda no prestó atención. Esto le causó a Caín gran enojo y se le abatió el rostro. 6 Y El Eterno le dijo a Caín: «¿Por qué estás enojado, y por qué tienes el rostro abatido? 7 Ciertamente, si mejoras, serás perdonado. Pero si no mejoras, el pecado aguarda en la puerta. Su deseo está dirigido hacia ti, pero aun así puedes conquistarlo». 8 Caín habló con su hermano Hevel (Abel). Y ocurrió que cuando estaban en el campo Caín se levantó contra su hermano Hevel (Abel) y lo mató. 9 El Eterno le dijo a Caín: «¿Dónde está tu hermano Hevel (Abel)?». Y él dijo: «No sé. ¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano?». 10 Entonces Él dijo: «¿Qué es lo que has hecho? ¡La voz de la sangre de tu hermano Me clama desde la tierra! 11 Por eso, maldito eres más que la tierra, que abrió su boca para recibir la sangre de tu hermano de tu mano. 12 Cuando trabajes la tierra, ésta ya no te dará su fuerza. Serás un vagabundo y un errante sobre la tierra». 13 Caín Le dijo a El Eterno: «¿Acaso mi iniquidad es demasiado grande como para soportarla? 14 He aquí que Tú me has echado este día de la faz de la tierra. De Tu presencia deberé ocultarme. Me convertiré en un vagabundo y un errante en la tierra; ¡todo el que me encuentre me matará!». 15 El Eterno le dijo: «Por lo tanto, todo el que asesine a Caín, antes de que pasen siete generaciones será castigado». Y El Eterno colocó una marca sobre Caín, para que nadie que lo encontrara lo asesinara. 16 Caín se alejó de la presencia de El Eterno y se asentó en la tierra de Nod, al este del Edén. 17 Y Caín conoció a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Janoj. Se dedicó a construir una ciudad, y llamó a la ciudad Janoj, como a su hijo. 18 A Janoj le nació Irad, e Irad engendró a Mejuiael, y Mejuiael engendró a Metushael, y Metushael engendró a Lemej. (5ª ALIÁ) 19 Lemej se casó con dos mujeres: una se llamaba Ada, y la otra se llamaba Tzila.20 Y Ada engendró a Iaval, que fue el primer hombre que habitó en tiendas y crió ganado. 21 Su hermano se llamaba Iuval, que fue el primer hombre que tocó el arpa y la flauta. 22 Y Tzila dio a luz a Tuval-Caín, que forjaba instrumentos de cobre y hierro. Y la hermana de Tuval-Caín era Naamá. (6ª ALIÁ) 23 Y Lemej les dijo a sus dos mujeres: «Ada y Tzila, oigan lo que les digo; mujeres de Lemej, presten oídos a mis palabras: ¿He asesinado a un hombre por mi herida y a un niño por mi golpe? 24 Si Caín fue vengado en siete generaciones, ¡Lemej será vengado en setenta y siete!». 25 Adám (Adán) volvió a conocer a su mujer, y ella concibió un hijo y lo llamó Shet, pues dijo «Dios me ha dado otro hijo en lugar de Hevel (Abel), pues Caín lo ha matado». 26 Y a Shet también le nació un hijo, y lo llamó Enosh. Entonces el llamar en nombre de El Eterno se hizo algo profano.
5
- 1 Éste es el recuento de los descendientes de Adám (Adán); el día que Dios creó al hombre. Lo hizo a semejanza de Dios. 2 Los creó hombre y mujer. Los bendijo y los llamó Hombre el día que fueron creados. 3 Cuando Adám había vivido ciento treinta años, engendró a su semejanza y su imagen, y lo llamó Shet. 4 Y los días de Adám (Adán) después de engendrar a Shet fueron ochocientos años, y engendró hijos e hijas. 5 Todos los días que vivió Adám (Adán) fueron novecientos treinta años; y murió. 6 Shet vivió ciento cinco años y engendró a Enosh. 7 Y Shet vivió ochocientos siete años después de engendrar a Enosh, y engendró hijos e hijas. 8 Todos los días de Shet fueron novecientos doce años; y murió. 9 Enosh vivió noventa años, y engendró a Kenán. 10 Y Enosh vivió ochocientos quince años después de engendrar a Kenán y engendró hijos e hijas. 11 Todos los días de Enosh fueron novecientos cinco años; y murió. 12 Kenán vivió setenta años, y engendró a Mahalalel. 13 Y Kenán vivió ochocientos cuarenta años después de engendrar a Mahalalel, y engendró hijos e hijas. 14 Todos los días de Kenán fueron novecientos diez años; y murió. 15 Mahalalel vivió sesenta y cinco años, y engendró a Iered. 16 Y Mahalalel vivió ochocientos treinta años después de engendrar a Iered, y engendró hijos e hijas. 17 Todos los días de Mahalalel fueron ochocientos noventa y cinco años; y murió. 18 Iered vivió ciento sesenta y dos años, y engendró a Janoj. 19 Y Iered vivió ochocientos años después de engendrar a Janoj, y engendró hijos e hijas. 20Todos los días de Iered fueron novecientos sesenta y dos años; y murió. 21 Janoj vivió sesenta y cinco años, y engendró a Metushelaj. 22 Janoj anduvo con Dios durante trescientos años después de engendrar a Metu shelaj; y engendró hijos e hijas. 23 Todos los días de Janoj fueron trescientos sesenta y cinco años. 24 Y Janoj anduvo con Dios; luego ya no vivió más, pues Dios se lo llevó. (7ª ALIÁ) 25 Metushelaj vivió ciento ochenta y siete años y engendró a Lemej. 26 Y Metushelaj vivió setecientos ochenta y dos años después de engendrar a Lemej y engendró hijos e hijas. 27 Todos los días de Metushelaj fueron novecientos sesenta y nueve años; y murió. 28 Lemej vivió ciento ochenta y dos años y engendró un hijo. 29 Y lo llamó Noaj (Noé), diciendo: «Éste nos traerá descanso de nuestro trabajo y del dolor de nuestras manos, por la tierra que ha maldecido El Eterno». 30 Lemej vivió quinientos noventa y cinco años después de engendrar a Noaj (Noé) y engendró hijos e hijas. 31 Todos los días de Lemej fueron setecientos setenta y siete años; y murió. 32 Cuando Noaj (Noé) tenía quinientos años, engendró a Shem, Jam y Iafet.
6
- 1 Y ocurrió que cuando el hombre empezó a multiplicarse sobre la tierra y le nacieron hijas, 2 los hijos de los soberanos vieron que las hijas del hombre eran buenas y tomaron para sí mujeres, cada uno según su elección. 3Y dijo El Eterno: «Mi espíritu ya no permanecerá por siempre en el hombre, pues él no es más que carne; sus días serán ciento veinte años». 4 En aquellos días los gigantes estaban sobre la tierra, y también después, cuando los hijos de los soberanos desposaban a las hijas del hombre, quienes les daban a luz. Ellos eran los poderosos, que, desde la antigüedad, eran hombres de fama. (MAFTIR) 5 El Eterno vio qué grande era la maldad del hombre sobre la tierra, y que siempre maligno era el fruto de los pensamientos de su corazón. 6 Y Se consoló El Eterno por haber hecho al hombre sobre la tierra y Su corazón se entristeció. 7 Y dijo El Eterno: «Borraré de la faz de la tierra al hombre que he creado, desde los hombres hasta los animales y los reptiles, y las aves del cielo; pues he reconsiderado el hecho de haberlos crea do». 8 Mas Noaj (Noé) halló gracia en los ojos de El Eterno.
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