Torah para Vivir

Torah para Vivir

28 jun 2013

Turrón Casero para Shabat!

Amigos: Los invito a entrar a mi Facebook y ver una receta muy simple para hacer nuestro propio turrón casero
Shabat Shalom

Turrón Casero!


Patriicia Dvorah

13 jun 2013

Educar en el camino de la Torah

BS"D
Vaya tarea!
Educar en el camino de la Torah es una tarea simple. Uno debe ser un ejemplo vivo de la Torah que pretende enseñar. 
Educar en el camino de la Torah no es dar recetas para cumplir las Mitzvot, ni ponerse la peluca más kasher del mercado.
Educar en el camino de la Torah es reconocer el alma Divina que habita dentro nuestro y permitirle hacer lo que vino a hacer.
Cuando uno reconoce que es dueño de una parte de la Torah, entonces puede intentar revelarla con las herramientas que ya tiene (capacidades, talentos, herencia) y con nuevos conocimientos y caminos que se adquieren con el estudio mismo de la Torah y con el cumplimiento de Mitzvot, pero basicamente una revelación de tal magnitud se logra a través del autoconocimiento, reflexión y cambios constantes.
Como ya he escrito en artículos anteriores, nuestra generación está bastante huérfana de líderes que puedan llevar la bandera de la vida de Torah y Mitzvot en forma creativa y estimulante.
Pero hay veces, que surge un ejemplo poderoso, una muestra de cómo se debe guiar y educar en el camino de la Torah. Hay que tener mucha espalda para soportar las miradas de desaprobación o de cinismo, pero todos sabemos que los grandes líderes se han forjado en el horno de la ácida crítica de su propio entorno.
Hoy quiero mostrarles un video que sube la escuela Oholei Jinuj de Buenos Aires Argentina con motivo de la celebración de la Tercera Cena Anual 2013. El invitado especial es Dmitriy "Star David" Salita, un boxeador profesional observante de Torah y Mitzvot.
Éste joven es un ejemplo muy maravilloso para todos nosotros, podrán apreciarlo a través del video, pero para mí, la verdadera "Estrella" de la historia, es su Rabino. 
Este Rabino, fiel a las "verdaderas" enseñanzas del Rebe de Lubavicht y del Baal Shem Tov HaKadosh, ama a este judío con lo que trae. Sabe que Di-s le ha dado a este joven Dmitriy, un papel en el mundo y talento para triunfar y destacarse. Lo alienta a servir a Di-s desde allí, desde lo que es él, desde el equipamiento que Di-s le ha concedido!
Ésto es lo que yo llamo un verdadero líder de Torah.
Di-s quiera que muchos grandes Rabinos puedan adoptar para sus propias familias y para los judíos que conforman su comunidad, la amplitud de visión que muestra este Rabino y la coherencia entre lo que se predica y lo que se hace!
Porque esta actitud es la que prevalecerá cuando Mashiaj se revele. El Ungido, va a lograr que cada uno de nosotros abandone máscaras y caretas y se vuelva para servir a Di-s con todo el potencial que el Todopoderoso escondió en nuestro interior.
El Mashiaj va a extraer y dar brillo a los diamantes que muchos ignorantes arrojaron como deshechos confundiéndolos con carbón.
Que hoy sea, ese día glorioso, donde cada uno de nosotros manifieste ser luz aunténtica que ilumina el camino hacia la Redención Final. Amén

Patriicia Dvorah Starkloff


Con Uds. Dmitriy Salita

10 jun 2013

El Rebe de Todos

BS”D


El Rebe de Todos


Hoy, Guimel Tamuz celebramos el día de la desaparición física del último Rebe de Lubavitch, el Rebe Menajem Mendel Schneerson ZTZ”L.
Cómo es que celebramos la desaparición física de un líder, un Tzadik, un hombre Justo, un sabio?
Porque los judíos creemos que las almas de los Tzadikim, (hombres Justos), pueden influir más y mejor sobre nuestro mundo, una vez que han abandonado sus cuerpos.
Yo puedo decir con certeza que el Rebe “llegó” a mí, después de su desaparición física. Y desde entonces, desde que lo conocí a través de sus escritos y de las historia que contaban sobre él, hemos ido creando juntos un vínculo de amor, de confianza, de fidelidad y de verdad.
Puedo decir que consulto con el Rebe cada cosa que tengo intenciones de hacer o de abandonar, y le pido ayuda por cada ansiedad o cuestión que altere mis pensamientos o mis emociones.
Y el Rebe me responde, a su manera, a veces muy directamente, otras, con su silencio.
Unirse a un Tzadik, significa ser adoptado por él.
El Rebe ocupa el lugar de mi padre. Me aconseja, vela por mí, me critica y me da aliento. Y todo lo que he avanzado en mi relación con Di-s, con mi esposo y mis hijos, con la gente en general y básicamente conmigo misma, es gracias a sus enseñanzas.
He seguido al Rebe, aún cuando me parecía una locura, algo insólito, o algo imposible y las veces que no quise seguir sus consejos y le pedí hacer otra cosa, tuve que reconocer que el Rebe “ve” infinitamente más de mi vida de lo que yo pueda imaginar alguna vez.
Muchos le escriben al Rebe cuando necesitan respuestas sobre asuntos de “mucha” importancia, pero yo prefiero hablar con él todo el tiempo, y encontrar sus respuestas en sus libros, o en algún diálogo que escucho al pasar, o en alguna charla de Torah.
Una vez, cuentan las anécdotas, un hombre salió de un encuentro privado con el Rebe, gritando : “Uds son unos ladrones! El Rebe no es sólo de los Jasidim, el Rebe es de todos!!!”
Y así es.
El Rebe, como todo Tzadik verdadero, es de todos. Se ocupa de todos. Judíos, no judíos, buenos y malvados, grandes y pequeños, jóvenes y ancianos. El Rebe como todo Tzadik verdadero, quiere ayudar a todos, a los que necesitan ayuda y la piden y a los que no la piden y a los que ni siquiera saben que necesitan ayuda.
Por qué es así? Porque el Tzadik es un Alma general, él puede percibir a “otras” almas como alguien puede percibir qué sucede con su oreja y también con su dedo gordo del pie. Dentro del “cuerpo de la humanidad” hay Tzadikim, que perciben qué sucede con los que conforman éste cuerpo.
El Rebe, o el Tzadik, es un Alma muy muy grande, pero no es Di-s. Di-s es UNO, y todos existimos en Él.
La diferencia entre un Tzadik y las almas más bajas, es que el Tzadik es consciente de su existencia dentro de Di-s, y por lo tanto el temor y el amor a Di-s, son de una intensidad tal, que impregnan todos sus pensamientos, sus palabras y sus acciones.
El Rebe, el Tzadik, debe conectarnos con Di-s, si ésto no sucede, entonces algo está fallando, o el Tzadik no es verdadero, o aquel que está conectado con el Tzadik, se ha unido a él de manera superficial, como si fuera una relación virtual.
Por eso tenemos que entender, que estar unido a un Tzadik no es ideológico, no es una serie de costumbres, ni un tipo de vestimenta. Estar unido a un Tzadik, sea el Rebe de Lubavitch, Rabi Najman de Breslov, el Rab Kuk, Rabi Shimon bar Iojai, el Rambam, hasta Moshé Rabeinu, implica estar en conexión con nuestra parte de Torah que habita dentro de nuestra alma. Y por supuesto, este vínculo, debe despertar cambios y belleza que deben inevitablemente manifestarse en nuestra vida cotidiana.
No hay que ser un Jabadnik para conectarse con el Rebe. No es necesario ser un Jabadnik para conectarse con el Rebe.
El Rebe ayuda a cada persona a sacar lo potencial de su espíritu en una acción poderosa.
Así como cada ser humano tiene huellas dactilares diferentes, también su modo y manera que tiene de expresar su amor a Di-s y a Su Torah, es diferente.
El Rebe, como cualquier Tzadik verdadero sabe ésto.
Y como dicen nuestros sabios, “Un preso no puede liberarse tirando de sus propios cabellos”, el Rebe nos ayuda, nos muestra el camino para nuestro ascenso, algunas veces nos arroja una soga, otras nos presta una escalera y otras, a oscuras, guiados por su voz, (como dice la canción de Sui Generis), nos alienta a escalar paredes a fuerza de rasguñarlas.
El Rebe es de Todos, de todos los que estudiamos sus enseñanzas y de todos los que le hablamos desde el corazón. Y siempre estará a nuestro lado, para rezarLe a Di-s porque nuestras plegarias sean respondidas con y para Bendición.
Muchos creen que el Rebe es el Mashiaj, en verdad, para mi humilde entendimiento, ésto es irrelevante.
Cuando el Mashiaj se revele, (que sea hoy mismo), no importará si es el Rebe, el Baal Shem Tov, el Gaón de Vilna o un Tzadik oculto trabajando en una matzería.
Cuando el Mashiaj se revele, (que sea hoy mismo), la luz de la Torah de Di-s iluminará con tanta intesidad que no entenderemos cómo pudimos estar tan ciegos discutiendo sobre qué Tzadik es mejor!
El mejor Tzadik es el que nos permite conectarnos con Di-s desde la verdad de nuestra alma, haciendo nuestro propio camino de amor y temor para servirLo con alegría.
Ésto es lo que me enseña mi Rebe, así como él mismo generó un camino único y novedoso para servir a Di-s, el Rebe exige lo mismo de todos aquellos que decimos “seguirlo” y si bien existen muchos que a simple vista son hijos fieles a éstas enseñanzas, el desafío es no caer en la tentación ridícula de usar una máscara, sino que, a cara lavada, hacer nuestro camino para ser quienes vinimos a ser.
Éste es el mejor homenaje que le podemos hacer al Rebe de Lubavitch.

Patriicia Dvorah Starkloff


7 jun 2013

Rosh Jodesh Tamuz con una luz especial

BS"D
Con infinita alegría les comparto un poema de una joven autora y compositora
Mi hija, Iael Starkloff





BS”D

El pequeño farol.

Soy un farol en un día de sol.
Soy un farol que, como todos los faroles, mi misión es iluminar.
Mi misión es iluminar, pero en un día de sol, yo soy la oscuridad.
Pero yo soy un farol que, como todos los faroles, necesito alguien que me ayude a empezar.
Soy un farol que mientras ilumine el sol seré la razón para las risas de muchos que ni siquiera saben que deberán comenzar a cambiar.
Pero todo empieza en aquellas noches que los jóvenes comienzan a llorar tan fuerte que nadie los puede escuchar.
Ellos lloran en las noches a las luz de un pequeño farol.
Yo, el pequeño farol, soy el que los ve llorar por las noches y escucho sus risas en los dias de sol.
Yo, el pequeño farol.
Pero aunque yo soy el farol, yo nunca me quedo con aquellas lágrimas.
Hace tiempo ya, que he dejado de recoger los escombros de sus corazones que ellos dejan atras, a la sombra de mi luz, a la luz de mi corazón.
Yo el pequeño farol.
Soy un farol que cuando todo parece brillar por fuera, mi corazón esta frío y duro como la leña de un invierno cruel.
Porque yo, soy el pequeño farol.
Yo soy el perqueño y solitario farol que espera arder en llamas para que mi lugar pueda florecer.
Pero lo sé, lo sé muy bien, que cuando me vaya, los jóvenes no tendran donde llorar y deramar su corazón, en esas noches frías que soy su única esperanza.
Entonces yo sé, sé que soy un pequeño pero importante farol.
Pero por ser lo que soy, necesito un pequeño empujón.
Necesito de un farolero que me venga a alegrar con su pequeña llama en las noches frías.
Yo soy el pequeño farol, y por eso, yo iluminaré tu vida pero despues de llorar no te vayas, quédate, quédate e ilumina la mía, mi pequeña vida.
Porque yo necesito valor.
Por ser el pequeño farol.

Iael Starkloff

4 jun 2013

Partida...


BS"D

- Otra vez armando la mochila!
- Así es...
- Por qué no te quedas? Qué tiene de malo quedarse?
- Ya pasé mucho tiempo aquí...
- Pero te gustó cierto?
- Un fruto debe ser cortado antes de que se pudra...
- Entiendo...
- No, no entiendes... Sino, hace tiempo tú te hubieras marchado de aquí...
- Somos distintos...
- Sí, debo irme...
- Pero... y todo lo que aprendiste aquí? Todo lo que recibiste aquí?
- Lo llevo en mi mochila...
- Morirá...
- No, no morirá, lo expandiré por el mundo, lo llevaré a donde yo vaya y vivirá eternamente en otros...
- Podrías comunicarlo desde aquí...
- No, no puedo. Tú tampoco puedes pero te convences de que sí...
- Puede ser... No sé... Estoy confundida... Siempre estoy confundida cuando hablo contigo...
- Es sólo porque cuando hablas conmigo, hablas con tu verdad y no te animas a seguirla...
- Tal vez...
- Siempre estarás a tiempo de volar... Siempre!
- Te veré alguna otra vez?
- No lo sé... Porque he venido para caminar la tierra...
- Quisiera seguirte...
- Debes hacer tu propio sendero...
- Te amaré siempre...
- Y yo a tí... 
- Adios...
- Adios mi antiguo "yo".


Patriicia Dvorah Starkloff

3 jun 2013

Cuento de Ficción: "La Novia de..."



BS”D


La novia de...

Ernesto: Te escucho Alicia...
Alicia: OK. Vas a grabarlo?
Ernesto: Sí, esa es la condición, firmaste. Pero si no queres...
Alicia: No, está bien. Pero por favor no me escraches, aunque hoy mismo me vuelvo a Miami, prefiero que mi cara no salga en cámara...
Ernesto: Sí, está bien, en eso quedamos. Ok. Empecemos. Qué tenes de interesante para contar?
Alicia: Mirá, hace un par de años conocí a Alberto...
Ernesto: Mmmmmhhhhh
Alicia: Llegó a instalarse en el edificio donde yo vivo. Me llamó la atención porque tenía un parche en uno de los ojos, una venda sobre la nariz y toda la cara parecía como recién operada, estaba hinchada, con algunos moretones... Me entendés?
Ernesto: Perfectamente...
Alicia: Un día le pregunté a uno de los empleados del edificio, “Qué le pasó a este tipo?” Y el empleado me respondió: “Escuché que tuvo un accidente muy embromado, se tuvo que hacer la cara de vuelta!” “Ah, pobre” Dije yo, y creí que terminaba el asunto... Pero resulta que dos o tres días más tarde subimos juntos en el ascensor... Él me sonrió y me dijo “Buenos días”, bueno en realidad me dijo “Good Morning” y yo al reconocer su acento argentino le respondí, “Buenos días para Ud. también” entonces él se rió y desde ese día comenzamos a saludarnos cada vez que nos veíamos...
Ernesto: Ok. Pero no me vas a contar una novela de amor cierto?
Alicia: No Ernesto, te puedo llamar así?
Ernesto: Sí, claro...
Alicia: Ok. No, si bien parecía una histoia de amor, por lo menos para mí, ésto es algo que creo que te va a interesar no sólo a vos, también a toda la gente que te sigue...
Ernesto: Ok, continuá entonces...
Alicia: Bueno, de a poco su cara se deshinchó, y la rehabilitación se puede decir que fue un éxito absoluto, porque quedó muy guapo... Un día me invitó a tomar algo, y yo acepté feliz. Mirá, aunque parezca de cuarenta y esté muy buena, modestia aparte, tengo cerca de cincuenta y me sentí ilusionada de poder tener una relación, como te puedo decir, estable, no sé... Así que salimos y nos contamos un poco de dónde veníamos y que nos había traido a vivir a Miami...
Ernesto: Entonces...
Alicia: Ahí voy. Él me dijo que en Argentina, era un empresario muy muy exitoso, y no lo dudé porque se veía que tenía mucha guita y que no escatimaba en darse gustos muy costosos. Me contó que por cuestiones impositivas, había puesto gran parte de sus propiedades a nombre de su esposa... Resulta que el matrimonio, bueno, como todos los matrimonios, estaba en crisis y cada uno tenía sus historias por ahí. La cuestión es que la mina, fue empezando a hacerse cargo de algunos manejos financieros. Y Alberto empezó a sospechar que había alguien detrás de ella que la estaba asesorando para sacarlo a él, a Alberto, del camino...
Ernesto: Bueno, aunque se está poniendo un poco más interesante, no veo ninguna utilidad para mi investigación...
Alicia: Esperá, esperá. Entonces Alberto me dice que en un momento temió por su vida, había tufo a algo pesado detras de su esposa. Estaba muy estresado y había comenzado con ataques de pánico y no sabía qué hacer. Finalmente tuvo un episodio cardíaco, y mientras se recuperaba en la clínica, tomó la decisión de separarse y separar los bienes... No me mires así, te digo que es pertinente y te va a interesar.
Ernesto: Ok ok.
Alicia: Así que prepara los papeles de divorcio y habla con su mujer, la loca lo quería matar, así que se trenzaron mal, gritos, objetos voladores, etc. Esa noche no durmieron... Al amanecer, Alberto le propuso: “Mirá flaca, te dejo todo, T O D O, entendés? Sólo me quedo con las cuentas de Panamá” Ella tomó un arma que tenía en el cajón de su mesita de luz y le dijo: “Ahora mismo, vas a firmar todo a mi nombre” La tipa llama por celular al abogado de ella y le dice “Listo, vení ya!” Y el tipo, el abogado, se aparece a los cinco minutos!!! OK. Te la hago corta, Alberto firma todo a punta de pistola toma su pasaporte, una valija con documentos varios, algo de ropa y algo de plata en efectivo y “vuela” de ahí.
Se va a Ezeiza y vuela a Panamá en el primer vuelo de la mañana...
En Panamá logra acceder a sus cuentas abre otras, transfiere y decide comenzar una nueva vida...
Ernesto: Y el “accidente”?
Alicia: A los pocos días de estar en Panamá un auto lo atropella, se despierta en el hospital con toda la cara vendada y golpes por todo el cuerpo. La gente del hospital le dicen que está indocumentado, que llegó allí “limpio”, el que lo atropelló huyó y se ve que se llevó todo lo que Alberto tenía en los bolsillos, guantera del auto, etc...
Ernesto: Buena gente...
Alicia: Mmmm sí... Así que en cuanto le dan de alta decide irse de allí, de Panamá, hace sus papeles, pero con una nueva identidad... y así llega a Miami...
Ernesto: Y allí comienza vuestra historia de amor...
Alicia: No te pongas cínico, Ernesto, ésto es lo que él me cuenta, y yo, que no tenía por qué sospechar, le creo.
Ernesto: Ok. Seguí... Entonces...
Alicia: Todo estaba bien, yo le conté de mi divorcio en buenos términos, y nuestra división de bienes, positivo para ambos, en fin. Estábamos allí en “cero” para comenzar una vida nueva. Alberto tenía algunas actitudes extrañas, pero... en fin, totalmente justificadas. Por ejemplo? No se quería sacar fotos, de ninguna manera, hasta se ponía violento si yo insistía, no tenía facebook, ni twitter, ni nada de eso. Siempre estábamos solos, casi no salíamos con mis amigos, pero bueno, yo le entendía, además era encantador, salvo en esos momentos, cuando alguien hablaba sobre política, se ponía furioso, así que bueno, yo no tocaba ese tema, y mis amigos, bueno, nos veíamos muy esporádicamente, pero también evitaban el tema...
Ernesto: Alicia, mirá, es muy interesante pero
Alicia: Escuchá Ernesto, hace unos meses se puso super nervioso, dejamos de vernos los domingos por la noche, me dijo que quería tiempo para él solo... Ok. Teníamos el resto de la semana para estar juntos, no sospeché de otra mujer porque, bueno, él es un hombre grande, pintón, pero grande, y nos llevábamos muy bien, no sé si me entendes...
Ernesto: Perfectamente.
Alicia: Pasaban las semanas y cada vez se ponía más tenso, estaba como paranoico. Hasta pensé en consultar con un psiquiatra amigo... Pero no hizo falta...
Ernesto: Qué pasó?
Alicia: La semana pasaba, estábamos cenando con unos amigos en un restaurante. Éramos dos parejas, Las mujeres nos sentamos una al lado de la otra y teníamos la entrada del restaurante frente a nosotras, y los hombres se sentaron de espaldas a la entrada...
Ernesto: Me estoy poniendo nervioso...
Alicia: Esperá, es importante ahora vas a ver... A nuestras espaldas, de nosotras, las mujeres, había una mesa enorme de un grupo de jóvenes ruidosos que festejaban un reencuentro de no se qué. Había tanto ruido que casi no escuchábamos lo que hablábamos... De golpe entran unos jóvenes y gritan el nombre de uno de los muchachos estos que estaban en aquella mesa. En ese momento Alberto se pone blanco, se toma el pecho y se desploma. Enseguida llamamos a la unidad de urgencias, lo reanimaron y se lo llevaron a una clínica cercana. A media noche, estábamos mis amigos y yo consternados en la sala de espera aguardando el informe médico.
Aparentemente no había sido nada grave, una descompensación sin mayores consecuencias, pero de todas formas, tenía que estar en observación hasta la mañana del día siguiente. Me permitieron entrar unos segundos. Alberto me sonrió y me pidió disculpas por el mal rato. Yo le sonreí, le dije que lo amaba, que todo estaba bien... Que mañana lo vendría a buscar. Y Alberto me dijo, esperá que yo te llame, para que no tengas que esperar aquí, en cuanto me avisan que me dan de alta, te llamo y venis Ok? “Sí, claro, cuidate, te quiero, hasta mañana” Fueron las últimas palabras que nos dijimos...
Ernesto: Qué pasó?
Alicia: Desde las ocho de la mañana estaba lista para que apenas me llamara, lo fuera a buscar. Pero Alberto no me llamó, no me llamó ni a las nueve, ni a las diez, ni a las once, así que lo llamé al celular y me dio directamente el contestador, volví a intentar y no hubo caso, pensé en irme a buscarlo directamente, pero cuando tomé las llaves del auto, se me ocurrió llamar al hospital y casi me caigo sentada, cuando me informan que el paciente Alberto Rodriguez había sido dado de alta a las ocho y media de la mañana. Eran las doce del medio día y no lo podía ubicar en ningún lado. Se había esfumado. De golpe suena mi teléfono celular, es Carlos que, con Liliana, la pareja de amigos que estaba con nosotros la noche anterior, querían saber cómo había amanecido Alberto. Entonces me pongo a llorar, y ellos piensan lo peor, pero les digo que no sé qué pasó con él, salió del hospital a la mañana temprano, no me llamó y su teléfono no responde, no está en su departamento, desapareció! “Wow” me dice mi amigo Carlos, “Qué extraño” Sí, sí!” Le respondo... “Nosotros siempre sospechamos de este supuesto “Alberto”... “Qué!!” Pregunté entre aturdida e indignada, “Qué supuesto?” “Bueno, toda esa historia, de su vida, de su huída de la Argentina, su cirugía total en la cara, alguna vez le viste alguna otra lesión en otra parte del cuerpo, a causa del accidente?” “No, pero, qué tiene que ver?” Entonces Carlos me hizo la pregunta que me hizo rebobinar toda la historia con Alberto...
Ernesto: Ahora sí que estoy intrigado.
Alicia: Te dije! Carlos me preguntó “Vos sabes qué gritaron los muchachos que acababan de entrar al restaurante, justo antes de que Alberto se pusiera lívido?” Y yo le dije “No! Cómo me voy a acordar de semejante estupidez!” y Carlos me respondió: “Era un encuentro de amigos, de viejos amigos que no se encontraban hacía años...” Y yo le dije “Sí, eso parecía, y qué hay con eso?” Entonces Carlos me dice, sentate nena y escuchá “Algunos, se gritaban los nombres ya desde la entrada, como cuando alguien reconoce a a un amigo a la distancia...” Y yo seguía sin entender, “Sí, Carlos! Andá al grano!” La voz de Carlos en el celular sonó como relator de película barata “Los tipos que entraron en ese momento previo a que tu supuesto “Alberto” se desmayara, gritaron un nombre”... “Bueno” Dije yo, ya harta de tanta vuelta “Qué nombre?” Y Carlos me espetó “Los muchachos gritaron N E S T O R! Y tu Alberto, se desmayó!” “Y qué tiene de especial el nombre Néstor?” Entonces Carlos, con la sutileza de un elefante me dijo: “Querida, en el último tiempo, fuiste la novia del “muerto invisible argentino”, entendes? En ese momento, me pasó toda la película en un segundo... entendés? Fui la novia del famoso “finado”, entendés ahora, por qué tenía que contártelo a vos Ernesto? O te tengo que llamar Jorge como todo el mundo?


Patriicia Dvorah Starkloff